GUERRA Y PAZ

Sesión nº 15 del 31 de diciembre de 2024 – Original en holandés – Traducido del inglés al español por Fernando.

Ubicación: Mezzaverde en Bélgica

Visitante: Cristo Micael, Hijo Creador del Paraíso y Soberano de nuestro universo local Nebadon – conocido durante su encarnación humana como Jesús de Nazaret o Jeshua Ben Joseph.

Recibido por Wivine.

Jesús: Vuestro planeta ha conocido y sigue siendo asolado por muchas guerras, algunas pequeñas y otras grandes. Estas empezaron entre miembros de una familia, conflictos vecinales, conflictos tribales, conflictos entre países y finalmente entre continentes.

Muchas personas piden por la paz, por la ayuda y por el amor entre todos, pero esto no funciona porque las semillas de la guerra aún residen en el corazón de demasiadas personas, a veces en un rincón muy pequeño. Quienes piden la paz entre todos a menudo lo hacen desde un punto de vista dualista: unos son los buenos y otros los malos, entre los cuales ellos se consideran siempre los buenos.

Todo comienza con una fuerte emoción cuando se trata de maltrato a un ser humano, un familiar o amigos. Esto da lugar a peleas familiares basadas en el odio. Surgen así peleas entre dos o más pueblos, donde el odio se transmite de generación en generación para mantenerlo vivo. Hasta que estalla de nuevo la guerra porque alguien tiene interés en utilizar ese odio para destruir a otras personas. Las guerras siempre tienen una dimensión política. Hay muchos ejemplos de ello en la historia de la humanidad.

Un joven que mata a su amada, no por amor a ella, sino por celos, rabia o venganza porque ella prefirió a otro. ¿Cuánto daño puede hacer una persona a otra por envidia, codicia o ansia de poder si se le da la oportunidad?

Luego está la indiferencia del buen ciudadano. ¿Cuántos niños y mujeres no sufren abusos en casa? ¿Vas a ayudar a esos niños y mujeres o vas a decir: no es asunto mío, no deberíamos involucrarnos?

La lista es larga y sólo he mencionado algunos ejemplos.

La altura moral y el grado de Amor que posee el hombre hoy en día deben crecer aún hasta asemejarse a los de Dios, incluso en aquellos que se consideran espiritualmente desarrollados, antes de que no haya más guerras en vuestro planeta.

Señalar con el dedo al otro desde vuestro alto y gran asiento de justicia no ayuda.

El hombre debe tomar decisiones porque le ha sido dado el “libre albedrío”. Sólo a través de “prueba y error”, o debería decir “golpes y heridas” – el hombre, a través de los siglos, finalmente podrá llevar dentro de sí los valores morales más elevados y la forma más alta del Amor Divino.

No os vamos a traer esto en bandeja, como por milagro.

Depende de cada uno de vosotros elevar vuestro corazón al nivel del Amor que Dios tiene por vosotros; de tal manera que las semillas del mal que yacen latentes en vuestro corazón sean sofocadas.

El amor de Dios une, no divide.

Hace dos mil años fui crucificado por los romanos. Yo era un judío que vivía entre judíos. Ciertamente, la casta sacerdotal del judaísmo se sintió en peligro por su poder y sus apariencias con todo lo que yo decía. Pero la decisión final de condenarme a muerte por crucifixión vino de los romanos, no del pueblo judío. ¿Por qué entonces, siglos después, se empezó a difundir que fueron los judíos quienes me crucificaron? ¿Para perseguir al pueblo judío? ¿Para destruirlo, para robarlo o por motivos personales? ¿Yo o mis discípulos dijimos tal cosa? ¡Absolutamente no!

A los romanos no les gustaba alguien que pudiera reunir una multitud para escucharlo, ya que esto podía causar tumulto. Había un gran grupo de judíos que atacaban regularmente a los ejércitos romanos y luego se escondían en las montañas. Los romanos los consideraban terroristas, terroristas que tenían un líder.

Pensaban que yo podía estar confabulado con ellos porque era de la zona donde se escondían y donde a menudo operaban. En aquella época había mucha agitación política. Los romanos tenían sus propias razones para querer librarse de mí. ¿Estoy diciendo ahora que el pueblo italiano debería ser perseguido durante siglos y siglos? ¡Eso es completamente absurdo!

Dios es Amor, Su poder es Amor, un Amor Espiritual que mantiene unido todo lo que existe.

Este es el tipo de Amor que debe crecer en vuestros corazones para eliminar todos los impulsos de sentimientos negativos que puedan surgir de vuestro corazón.

Dios vive en el corazón de cada persona, ya sea en una persona con gran inteligencia o en el corazón de una que está menos dotada intelectualmente. No importa el rango social que tenga una persona en su sociedad, no importa cuál sea su apariencia exterior, no importa cuál sea su religión. Incluso un incrédulo tiene el Espíritu de Dios en su corazón. Una persona piadosa, una buena persona, una persona malvada, una persona egoísta, un ladrón, un asesino, todos tienen un Fragmento de Dios que mora en su interior.

Los sentimientos negativos los puede sentir todo el mundo, incluidos los devotos, los sacerdotes, las personas bondadosas y amables. La persona promedio aprende desde temprana edad a ocultar sus sentimientos para poder sobrevivir en su sociedad y ser aceptada socialmente.

Nosotros vemos estas cosas, Dios las ve.

A finales del siglo XIX y principios del XX nació, y todavía hoy sigue vigente, una idea filosófica según la cual para comprender a Dios, conocerlo y comprender la Verdad Espiritual que aún está por descubrir, es necesario acercarse a lo divino, a lo espiritual, con la mente, con la inteligencia. De ahí surgió la idea de que una persona corriente, que no poseyera un intelecto tan académico, debía ser inferior. Esta idea nació en el seno de una comunidad blanca, rica y académica de Europa y Norteamérica, en contacto entre sí. También dividieron a la humanidad en clases o razas según sus características morfológicas o más bien su apariencia. La humanidad estaba dividida, clasificada a grandes rasgos, en un orden en el que los blancos estaban en lo más alto y los negros con las personas de piel oscura en lo más bajo. El resto se encontraba en el medio.

En otros continentes ocurrió algo similar, aunque la jerarquía estaba más bien dividida socialmente: los aristócratas, la orden sacerdotal superior eran la clase más alta y la clase trabajadora sin educación con los campesinos eran la más baja.

Desde el punto de vista espiritual de Dios, sólo se distinguen dos clases de personas: los que conocen a Dios y los que no conocen a Dios.

Aquellos que conocen a Dios en su corazón terminan amándolo cada vez más, abriendo así las puertas a la Verdad y Sabiduría Divina.

Las personas que tienen una experiencia personal con Dios durante su vida obtendrán respuestas a sus preguntas de una manera comprensible para su intelecto. Sus almas serán instruidas durante su vida en los siete Mundos de las Mansiones Celestiales, en la sabiduría Celestial o Mota morontial y en los idiomas Celestiales. La sabiduría y el conocimiento así adquiridos permanecen en el alma y sólo se vuelven accesibles a la mente mortal humana cuando el cerebro del corazón toma el control de la inteligencia del cerebro, es decir, de la mente mortal.

Hace tiempo que la ciencia ha descubierto que el corazón funciona como un cerebro, que libera hormonas y otros procesos químicos que envían decisiones del corazón al cerebro y no al revés. También pueden hacer visibles los campos magnéticos que salen del corazón y que se expanden cuando una persona muestra empatía por los demás, tiene amor y bondad hacia sus semejantes y trata a todos por igual. Este campo magnético puede llenar una habitación entera y tiene una influencia agradable, casi tangible, sobre los presentes.

Podéis irradiar verdaderamente vuestro amor a Dios mediante vuestra bondad, vuestra disposición a ayudar y el respeto que mostráis a todos vuestros semejantes. Esta capacidad de amar, el amor incondicional, es palpable para los demás y medible por la ciencia.

Cuanto más en contacto estéis con vuestro fragmento interior de Dios, más amareis a Dios, más irradiareis este amor divino creciente, más lo haréis tangible para todos a través de vuestras actitudes, acciones y declaraciones.

La humanidad en su conjunto ha progresado y progresará aún más a medida que más personas caminen por la tierra adoptando una relación personal con Dios, elevándose así espiritualmente para volverse más amorosas y bondadosas.

No nos importa cómo llaméis a Dios, qué tipo de religión sigáis, qué imagen tengáis de Dios.

Es el valor del amor que está en vuestro corazón lo que importa para el desarrollo espiritual de vuestra alma.

Es el alma la que sobrevive a la muerte, no el cuerpo ni la mente mortal, por brillante que esta sea. Porque un alma que crece en un cuerpo humano adquiere un tipo de cuerpo no material y un tipo de mente no material que se desarrolla y se adapta regularmente a medida que esa alma se espiritualiza y se vuelve inmortal.

Por eso os daré a todos un regalo de Navidad que os servirá en los próximos años.

Si vuestro corazón está sumergido por sentimientos oscuros y queréis deshaceros de ellos, si quieres ayudar a vuestro prójimo o al pueblo de un país, de manera espiritual, sentaos en silencio y pedidme ayuda.

Comenzad por despertar en vuestro corazón la forma más elevada de amor que poseáis. Entonces Yo estaré detrás de vosotros y fortaleceré el amor en vuestro corazón con Mi Rayo de Amor.

Luego enviad este amor a la persona, grupo de personas o país al que deseáis ayudar y derramadlo sobre su cabeza o cubriendo el país durante 30 segundos, 1 minuto o incluso más, tanto como podáis.

No seáis presuntuosos, no empecéis por todo el mundo. Ese es mi campo. Empezad por vuestros familiares, vuestro pueblo, vuestro país, vuestro continente, etc., según el tiempo que dispongáis o queráis dedicarle. Podéis hacer una lista de países en guerra a los que ayudar individualmente, uno a uno.

Hacedlo con regularidad y descubriréis todo el bien que hacéis a los demás y también a vosotros mismos. Veréis cómo cambiareis.

Después entrad en una pequeña meditación con la intención de recibir respuestas a vuestras preguntas, para ser enseñadas por vuestro fragmento de Dios, por vuestros ángeles y guías espirituales.

De esta manera, podréis compartir el espíritu navideño con vuestros semejantes, no sólo unos pocos días al año, sino durante todo el año.

Cuando estéis listos, estaré detrás de vosotros para ayudaros. Sentiréis literalmente el calor de mi amor por todo lo que hay en ti.

Este es mi regalo de Navidad para el Año Nuevo 2025.

Adiós hijos míos, nunca estoy lejos y nunca os abandono. Cuando la necesidad es grande, la salvación está cerca.

GRUPO MEZZA VERDE.

https://www.mezzaverde.com

Para obtener más información acerca de las palabras en color azul, consulte El libro de Urantia.